Insonorizar un recinto supone aislarlo acústicamente del exterior, lo cual implica una doble dirección:
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Evitar que el sonido que producimos salga al exterior (evitar la contaminación acústica)
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Evitar que el ruido exterior penetre y distorsione el sonido de la sala.
El objetivo de una buena insonorización en cualquier tipo de espacio, vivienda o local, será:
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Proteger el interior del ruido externo.
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Reducir la transmisión de sonido entre estancias contiguas.
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Impedir que el ruido interior se transmita al exterior.
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Conseguir un clima acústico óptimo dentro de una estancia.